La remolacha es un cultivo que requiere de grandes volúmenes de riego durante la temporada, del órden de 10.000 – 12.000 m3 / há.

Por las posibilidades amplias del uso de suelo y por todos los otros factores antes mencionados la utilización de riego por surcos es el más conveniente.

Un sistema de riego por surcos bien diseñado permite una serie de ventajas tales como: control de la erosión, aprovechamiento máximo de las disponibilidades de agua del predio, disminución de las pérdidas de agua por percolación profunda y/o escurrimiento superficial, distribución uniforme del agua en el perfil de suelo, economía de mano de obra, etc.

Bajo tales condiciones, la eficiencia de aplicación que se logra es bastante favorable, teniendo en cuenta que se pueden regar terrenos con condiciones topográficas relativamente desfavorables.

La aplicación del agua puede hacerse por medio de sifones, tubos rectos y compuertas teniendo siempre en cuenta una buena nivelación del suelo para mantener pendientes no más grandes que un 2.0%.

Este riego puede ser utilizado en una amplia gama de suelos, puesto que el humedecimiento de la superficie del terreno se limita al sector donde va el surco, es especialmente recomendable en suelos con tendencia al encostramiento por efectos de sedimentos que transporta el agua de riego, evitando el daño a las plantas que recién emergen. Por la misma razón las pérdidas de aguador evaporación son también menores.